Después de eso, salimos al aeropuerto y podía decir que ya estaba en Japón, todos los rechazos y la espera valieron la pena, si bien llegar a un lugar es emocionante y te provoca felicidad, el proceso es lo que más vale la pena, porque te demuestras a ti mismo que lograr tus sueños es posible. Ya con las maletas en mano, jet lag y cansancio extremo compramos los boletos del limousine bus.
¿Qué es el limousine bus? es un autobús que te lleva del aeropuerto de Narita (o Haneda) a los centros y hoteles más importantes de Tokio por un precio bastante razonable para la 1:30 (más o menos) que queda Narita de Tokio. La verdad ir en este autobús es muy bonito, porque puedes admirar unos paisajes bastante bonitos, que no pueden ser vistos desde el tren o el metro. No pude tomar fotos porque estaban en la maleta de abajo, pero se puede ver la Tokio Sky Tree, el Rainbow bridge y en general la bahía de Tokio.
Después de eso, llegamo a donde mi familia se iba a quedar, un departamento. Lamentablemente el departamento estaba muy diferente a lo que estaba en las fotos de la página de internet y bastante viejo (descuidado), pero lo peor, el aire acondicionado no servía, algo imposible de sobrevivir para el calor de Tokio. Dormí con ellos una noche, pero al siguiente día fuimos a las oficinas de los departamentos y pedimos nuestro dinero, posteriormente se fueron a quedar a un lugar diferente. El trámite de reembolso al parecer fue muy fácil y aunque la compañía, ni los trabajadores se ven que son japoneses; fue un buen trato por parte de la compañía y la verdad nos quitaron un peso de encima, eso sí, fue difícil encontrar un hotel para la noche.
Ahora viene la parte interesante... conocer el dormitorio. Era algo que me preocupaba algo por los prejuicios que traía de lo que es un dormitorio (o por lo menos de lo que creía que era un dormitorio): bastante incómodo, con ninguna libertad y un portero o policía bastante estricto. Afortunadamente, fue todo lo contrario, el espacio que tiene (15m2) intimida un poco al principio porque piensas que no vas a caber, pero al final está lleno de cajones y hay espacio bastante decente para que un estudiante viva durante los años de universidad. Dentro del dormitorio tengo baño y la regadera (ducha) es comunal, pero al mismo tiempo privada porque son unas cabinas con llave cerradas. Las reglas del dormitorio son bastante de sentido común: no hacer mucho ruido, no poseer drogas y no dañar el inmueble. Aunque hay una hora (12pm) en la que se supone no puedes salir, se le puede pedir al policía de la entrada que te deje salir (no lo he hecho hasta ahora) y eso es todo. Lo que aún me cuesta un poco de trabajo investigar es lo de la basura, es un poquito complicado aquí en Japón porque se tiene que dividir, pero lo complicado es que su formato de días es un poco confuso.
Después de conocer el departamento y dejar algo de ropa que traía, me regresé con mi familia al hotel y empezamos el viaje de una semana que relataré un poco mejor en otra entrada, porque no quiero perder ningún detalle de lo que es vivir en Japón como estudiante y los procesos de sacar una cuenta de banco, teléfono, internet y demás.
Yo en el cuarto del dormitorio y la primera foto que me tomé en Japón |
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エルニー